RETO MÓDULO 2

 

                                                    Una mujer maltratada

Esta mujer sufrió maltrato por parte de su marido durante años, también lo sufrieron sus hijos. No es una mujer que destaque entre la gente, sólo es conocida solo entre sus familiares y amigos. Fue criada en un entorno de machista y patriarcal, proveniente de clase obrera. Se asentó en España en el 2001.  Vino con 27 años acompañada de su marido, algo mayor que ella, y con dos niños de 8 y 3 años.

Trabajó siempre en trabajos poco remunerados como limpieza y restauración. Junto con su marido intentaron sacar su familia adelante, pero la agresividad de él fue en aumento con los años y esto complicaba mucho el porvenir familiar. Su marido empezó pegándole muy de vez en cuando, alguna bofetada en la cara tras él levantar la voz y golpear en la mesa con el puño. Esta mujer tenía una personalidad débil, huía del enfrentamiento, con lo que, tras recibir la agresión bajaba la cabeza y no replicaba. El maltrato físico no se producía todos los días, pero sí lo suficiente para mantener a esta mujer amedrentada. Además, iba acompañado de maltrato psicológico. Dos facetas que también conocieron muy bien sus hijos. Al pasar los años y el primogénito irse de casa, el abuso se repartió entre esta mujer y el hijo menor.

Vivía en un pueblo humilde de 300 habitantes de la España rural. Todos esos años vivió con miedo y resignación. Pero un día se cansó de que su marido pagase la frustración con ella y con su hijo menor. Un día llamó a su hijo mayor, había dado el paso de divorciarse, se lo había dicho a su marido y, aconsejada por su hijo, acudió a la comisaría a exponer su situación. Los policías le notificaron que no podía denunciar agresiones pasadas, pero le dijeron que si volvía a ocurrir acudiera a denunciar. Afortunadamente, nunca más sufrió daño psicológico ni físico y no volvió a ver al que fuera su marido. Desgraciadamente esto no acabó ahí, tuvo que hacer frente ella sola a una deuda económica que él le había dejado, y que acabó terminando de pagar después de 5 años.

Esta mujer se podría haber divorciado muchos años atrás, pero el miedo no le dejaba actuar, miedo a verse sola en un país que no era el suyo únicamente con el apoyo de sus hijos, miedo a las reacciones de su marido y a la agresividad que éste desprendía. Miedo que le hacía actuar con precaución para evitar males mayores. Hasta que un día tuvo la fuerza y la valentía de divorciarse y acudir a comisaría. Este gran paso que dio fue gracias a que empezó a ver que lo que le ocurría era cada vez menos tolerado en la sociedad y que su situación no era normal. No encontró mucho amparo en la comisaría, pero sabía que podía acudir si él le volvía a levantar la mano. Sobre todo, encontró apoyo entre sus hijos, sus amigos y amigas y sus compañeros y compañeras de trabajo.

El miedo es algo muy subjetivo y a cada uno nos hace actuar de una manera. Esta persona es una de las muchas mujeres que han sufrido maltrato durante años. Pero con el apoyo y el respaldo institucional de las políticas feminista y el progresivo cambio a una sociedad más igualitaria se atrevió a dar el paso.

Poner en valor a este tipo de mujeres, las mujeres maltratadas, nos hace mejores como personas y, por ende, nos ayuda a tener una mejor sociedad.

Esta mujer es mi madre.

Comentarios

Entradas populares